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Adiós a Luis Bedoya Reyes, el único político centenario

El líder histórico del Partido Popular Cristiano falleció a los 102 años de edad.

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Político intachable, ejemplo de integridad y de civismo son algunos de los muchos epítetos que podrían definir a Luis Bedoya Reyes. Hoy la Cámara Minera del Perú se une al dolor que deja su adiós y resalta el legado de un hombre como ningún otro.

El abogado nacido en el Callao el 20 de febrero de 1919 falleció casi un mes después de su cumpleaños número 102. Desde su incursión, en la política en los primeros años de la década de los sesenta, nunca dejó de ser un político activo. Por esta razón fue considerado el primer político centenario de la era republicana.

Es así que Luis Bedoya Reyes, dueño de un talante democrático que hoy se extraña en la esfera pública, con su vida supo ser el ejemplo de lo que significa la política como forma de servicio a los intereses del país.

Para él, la estabilidad de la democracia nacional se encontraban sobre los intereses partidarios; y apostaba siempre por hacer una oposición constructiva a pesar de haber perdido elecciones.

Las obras por Lima de Luis Bedoya Reyes

Nos tocó decir adiós a  Luis Bedoya Reyes en una época donde la muerte está más presente que nunca entre nosotros. Sin embargo, eso no es impedimento para resaltar el gran vacío que deja en un país tan azotado por los males endémicos de la corrupción y el egoísmo.

Apodado “El Tucán”  Luis Bedoya Reyes, en 1963 fue ministro de Justicia y Culto durante el primer gobierno de Fernando Belaunde de Terry (1963-1968).

Sin embargo, su paso por este desaparecido ministerio fue relativamente corto. Pues ese mismo año fue elegido alcalde de Lima con el 51.2% de los votos.

El líder histórico del Partico Popular Cristiano fue por dos veces consecutivas alcalde de Lima y el primer burgomaestre elegido por votación popular. La obra más emblemática de Luis Bedoya Reyes en su gestión edil es la Vía Expresa, la misma arteria que hoy une a Lima con La Victoria, Lince, Santa Beatriz, San Isidro, Surquillo, Miraflores y Barranco; y que así  alivia como ninguna el caótico tráfico vehicular de la capital.

Además, en 1978 fue diputado constituyente, aquí como un acto de desprendimiento y gesto democrático, cedió a Víctor Haya de la Torre la presidencia de la Cámara.

Pues pertenecer al segundo grupo más votado de aquellos comicios lo convertían en el favorito para presidir este órgano legislativo; no obstante,  declinó la oferta y mostró todo su apoyo al octogenario líder del Partido Aprista Peruano.

Cuando muere un gran hombre desde su tumba surge una leyenda; en la Cámara Minera del Perú creemos en la historia como espacio para inmortalizar a las personas que con su ejemplo construyen un país más justo y democrático. Hasta siempre, Luis Bedoya Reyes.