La minería artesanal y sus posibilidades de coexistencia con la gran y mediana minería

El Perú destaca a nivel mundial, debido, entre otras cosas, a su alta producción de oro (1ro en América Latina y 8vo en el mundo), pero no toda la producción proviene de la gran y mediana minería, sino que, la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE) contribuye con el 20% del total nacional.

Y esto no representaría un problema, sino fuera porque esta actividad suele tener vinculación con malas prácticas; como por ejemplo, riesgo de seguridad en el trabajo, explotación, trata de personas y daño ambiental. Aunque, vale decir que uno de los factores para que se dé de esta forma, es la falta de políticas públicas para su desarrollo.

Por ello, el Perú sabe que la mejor forma de eliminar esto, es a través de la formalización de los mineros artesanales. Y esto se puede lograr estableciendo un buen relacionamiento entre la gran y mediana minería con la artesanal y de pequeña escala.

Sobre todo, porque en nuestro país, el 70% de la MAPE que busca formalizarse trabaja sobre concesiones de terceros; del cual el 20% trabaja en concesiones de gran y mediana minería.

¿Y cómo se puede lograr ese entendimiento entre la MAPE y la minería de gran y mediana escala? Un estudio del Centro de Estudios de Minería y Sostenibilidad de la Universidad del Pacífico (CEMS), por encargo de la ONG Solidaridad plantea 5 alternativas.

Condiciones para una buena relación entre la minería artesanal y la de gran y mediana escala

La disposición de la minería artesanal y de pequeña escala para organizar un negocio minero formal. Se debe contar con agrupaciones de mineros artesanales bien definidas. Asimismo, los miembros de la agrupación, inscritos en el REINFO, deberán contar con conocimiento sobre el proceso de comercialización del oro. Por supuesto, deberán tener predisposición a la formalización.

La no competencia por un área específica de la concesión minera. Se debe procurar que la minería artesanal y las grandes compañías trabajen en zonas distintas dentro de una misma área geográfica; incluso, resultaría más conveniente que ambas actividades exploten diferentes minerales. Aunque, ello no exime que haya casos de buena colaboración entre ambas partes, que acuerden extraer el mismo tipo de mineral; por ejemplo, utilizando distintos métodos de explotación.

Buenas relaciones con la comunidad de referencia: Los representantes de la minería artesanal deben tener un rol activo y clave en el desarrollo local. De hecho, su buena participación puede generar mejores lazos con la comunidad; ya que se puede acercar mejor la información de las oportunidades de desarrollo que brinda la minería; así como los beneficios de la minería formal.

Los incentivos corporativos a la minería artesanal. El apoyo de las grandes mineras a la MAPE puede retribuirse en tres clases de beneficios: económicos, por el ahorro, al valorar el conocimiento local minero; reputacionales, por las buenas prácticas con mineros artesanales; y las sociales, lograda a partir de la buena convivencia con los mineros artesanales.

La intervención del tercer actor. La mediación de un tercero que goce de reconocimiento por la minería artesanal y la de gran escala puede ser crucial. Sobre todo porque contribuyen a habilitar canales de diálogo entre ambas partes y reforzar capacidades en los actores para implementar conjuntamente modelos de negocio óptimos para la profesionalización y formalización de la MAPE.