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Responsabilidad Social

Anglo American financió planta de tratamiento que da agua potable a 2 mil moqueguanos

Por primera vez en Tala los pobladores acceden a agua potable.

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La compañía minera Anglo American Quellaveco financió la construcción de una moderna planta de tratamiento para producir agua potable en beneficio de los pobladores del anexo Tala, el poblado más cercano a la mina Quellaveco, en Moquegua.

De hecho, se trata de la primera vez que los habitantes de Tala pueden consumir agua potable en su historia.

La planta, que inició su producción desde el mes de febrero, ya ha generado más de un millón de litros de agua; y para su construcción, la minera contrató los servicios de la empresa ECOSER TPCT; la cual integran los miembros de la propia Comunidad Campesina Tumilaca, Pocata, Coscore y Tala.

Con esta planta que financió Anglo American, la compañía busca acelerar el cierre de brechas en agua y saneamiento; de hecho, se ha logrado llevar agua potable a cerca de 2 mil personas, de las localidades de Carumas, Cuchumbaya, Pocata, Coscore y Tala.

Cómo funciona la planta que financió Anglo American

En principio, en Tala, se procedió a la rehabilitación de la bocatoma en el río Tala, hasta la construcción de una planta de tratamiento compacta. Entonces, a través de un sistema de floculación, decantación y filtración, genera agua purificada lista para el consumo humano.

Un detalle importante es que su funcionamiento se genera a través de la energía solar durante todo el año, incluidos los  días nublados.

Por supuesto, con la puesta en marcha de esta planta que financió Anglo American, la población ha quedado satisfecha con los resultados.

Así se puede apreciar en la opinión de Artemio Flores Paripanca, presidente de la Junta Vecinal del Anexo de Tala:

“En temporada de lluvia el agua venía con barro, con lodo. No resultaba tan apta para consumo. Ahora, con esta planta, creo que se mejora un 100% la calidad del agua”, afirmó.

Previo a la implementación de la planta que financió Anglo American, se hizo un estudio del agua del río que abastecía a la población. Y según el análisis, durante la época de lluvias, la concentración natural de aluminio y hierro superaban los límites máximos permisibles para el agua de consumo humano; lo cual, constituye un riesgo a la salud.

Por ello, se hacía más que necesario contar con una planta de tratamiento como la que se tiene hoy en día.

“Nosotros no sabíamos (que el agua tenía aluminio y hierro) pero ahora ya lo sabemos. Es esta agua la que entra a esta planta que financió Anglo American, y hemos visto con nuestros ojos que sí se han eliminado”, reconoce José Coayla, presidente de la Junta Administradora de Servicios de Saneamiento.

Por último, cabe señalar que, precisamente esta Junta, tendrá a su cargo la administración de la planta, tras recibir la capacitación correspondiente.