Los stakeholders: el nuevo foco de las grandes empresas

Los stakeholders de las grandes empresas a nivel mundial empiezan a ganar en prioridad dentro del mundo globalizado. En su reciente columna en Gestión, el director de Arellano Marketing, Alberto Haito, enfatizaba justamente en la nueva estrategia a la que podrían apelar las organizaciones en su afán de crecimiento.

Estamos hablando de una estrategia de negocio que ya no se restringe a la búsqueda de maximizar utilidades y/o aumentar el valor para la empresa. Y, de esta forma, generar mayores ganancias para los accionistas. Evidentemente, este propósito continúa siendo fundamental. Sin embargo, actualmente se agrega un enfoque basado en la generación de valor de parte de las empresas hacia sus respectivos actores relacionados (stakeholders).

En el ámbito empresarial se viene advirtiendo una realidad que ha dejado de generar atractivo. “El mencionado modelo parte de la premisa, no siempre correcta, de que hay una ´mano invisible´, propia de mercados libres, que a la larga regula las actividades generando beneficios a todos los “stakeholders”, explica Haito.

El compromiso con los stakeholders

Actualmente, algunas empresas transitan el camino del crecimiento junto a la generación de valor en sus stakeholders. “El mencionado modelo implica invertir más en el desarrollo de los trabajadores, el entregar el máximo valor posible a los clientes a cambio de lo que pagan, el mantener relaciones basadas en un alto estándar de ética con los proveedores, el apoyo a la comunidad en que se desenvuelve la empresa, etc.”, indica Haito en su columna.

Evidentemente, el nuevo modelo implica inversión y menores utilidades en el corto plazo. Por ello, no se torna sencillo convencer a los inversionistas de su aplicación. Sin embargo, se trata de una esperanza – basada en los stakeholders – que viene funcionando. Haito menciona que existen varios ejemplos de empresas pioneras que “se han movido en esta dirección y hoy presentan resultados mejores que las que no lo han hecho”. La población, en su mayoría la más joven, comienza a percibir y a premiar las buenas prácticas, optando por preferir a este tipo de empresas. Además, se genera atracción del talento, por la buena reputación existente en el clima laboral.